líneas y fragmentos
quiero confesarlo
sus palabras
eran una voz
sencilla
muy simple
una especie de grito
una nota musical
un color verde claro
en el firmamento
símbolos líneas
casas de papel
avioncitos
barcos de madera
es cierto
todos lo vimos
desaparecer
en medio de mariposas
y de grillos
como al principito
vallejo
alquiló un jueves parisino
de otoño
se dolió como nunca
de las cosas
que uno se duele
prisionero
por dentro y por fuera
sin anclajes
sin pronombres personales
bajo el brazo tuvo el mismo
puerto subterráneo
el mismo mar
y un jueves de septiembre
sin rumbo
entre un imposible
y un vestido
de sombras
andariego y desolado
sin saber por qué
el sur eres tú
cuando vayas al sur
detente justo donde empieza a nevar
un olor jamás imaginado
ahí tu vida cambia
dejas de ser el viajero
te hierve la sangre y retorna
el lobo del desierto que te habita
estás perdido
del regreso ni hablar
quizá no es posible no se sabe
ese olor a selva húmeda
nos cambia el rumbo y uno
ya no es el mismo
la nieve nos inunda con su eterna
y sublime dulce viscosidad
cuando vayas al sur detente
justo donde empieza el animal
el salón de los espejos
lo demás es el retorno
los satélites
un color rosado
el delirio la espalda
un sudor que huele a paraíso
los pasos
desconozco mis visiones
no sé si son ríos ocres
color fucsia o
mariposas milenarias
despierto a media noche
y un delgado hilo
me retorna a tus pies
a tus ojos incendiarios
y eternos
volar me ahuyenta
del suburbio
oscuro y brujo
que nos causa
el clandestino oficio
de inventar los transparentes
pasos nuestros
más abajo
en el torbellino de las horas
hubo la piel
la pureza innecesaria
un orificio lento
casi etéreo
también oscuro y brujo
imposible el olvido
final
la hoguera declinaba
a pausas detestables
en medio del bullicio
el titiritero inventó
una melodía incierta
aplaudimos el sacerdocio
de unos cuantos filisteos
y danzamos ante el poema
que nunca comprendimos
el delito es simple
amigos
inventar la locuria
delirar en medio
del festín tramposo
y despertar
más oscuros
infaustos y agrestes
con los pasos irremediables
y estos bolsillos vacíos
ausentes
y los pies más sucios
que de costumbre
el titiritero inventó una melodía
desconcertante
un destello en las sombras
de nuestras sombras
resumen
no soy más que el último
fuego del candelabro
que el sicópata dejó
olvidado en la
última habitación
del caserón donde
oculta a la hechicera
enmascarada
enmascarado
es medianoche
un borracho contempla
la luna y lo sabe
mira la neblina
se acurruca
bajo el miedo
la herida
de la noche
de la muerte
de la noche
de la vida
un loco grita
la vida es sólo un
libro de segunda
un niño le dijo
la vida es un trompo
el mago hizo llover
la neblina aún se esconde
tras las montañas de la noche
payé
quién me ata al misterio
de tu sonrisa medieval
quién soborna mis delirios
mis miedos mi olvido
percibo la semántica
de tu infernal pequeña lujuria
no puedes inventarme
desde tus poros y tu sangre
ignoras mis pasos por la noche
de otros versos
de otros besos
el jadeo insiste y retorna
pleno de tus nervios
muero cada vez que huyo
del ancestral poema
ve a la selva imaginaria
y pregúntale al mago
si aún es posible inventar
el brebaje que lleva
a la oscuridad de las palabras
nacidas del infinito
pregúntale si aún es ficticio
el encanto del festín
la sonrisa de las dulces féminas
ven y escucha con calma
la melodía del intruso
que con su risotada de bufón antiguo
nos interrumpe noche a noche
día a día
minuto a minuto
ven vuelve a mis palabras
silencio
partir hasta concluir el ser
en islas inexistentes y solas
partir hasta enumerar las noches
y los miedos y las palabras
suceder en las tinieblas del olvido
habitar el festín inverosímil
huir al deseo del fuego
insinuar las noches y la estepa
captar el ruido de los trenes y el humo
perturbarnos mutua y tristemente
abandonar el vacío el tedio
abandonar la ausencia el imposible
allanar la memoria y destruir
lo que nos queda del averno infernal
huir escapar desaparecer hacernos humo
incendiar los tumultuosos inventos el delirio
claudicar morir perecer ahuyentar el cansancio
ultimar los antiguos enemigos del silencio
anochecer el irremediable miedo de hallarte
fragmentar el universo y embriagarnos
derribar las imágenes inventadas en la noche
derribar el jadeo la locuria
el mórbido encanto los viejos aranceles
dinamitar la entrega y lo inservible
explosionar lo arcaico lo viejo
inventar el festín la inocente espera
enmascarar el deseo el silencio sin puerto
claudicar los rumbos conocidos la guerra
ignorarlo todo tu piel tus muecas tu desnudez
ignorarlo todo absolutamente todo y lo demás
delirios
hemos festejado todo
hemos inventado la memoria
que hierve el constante universo
musicalizamos los pasos
del silencio y el vacío
alguien dirá que no es cierto
y renunciará a mis palabras
por ejemplo tú
huyes cuando evoco el horror
y las tinieblas se apoderan
del tímido encanto
habitas infinitamente
el único vagón
de la montaña rusa
el vértigo se apodera
del ensueño vacuo vano vacío
estamos ebrios de locuria
de asombro de espanto
estamos locos
de ansiedad imposible y fatigada
yo quisiera que esta canción
naciera de tus venas
y ser el mago de tus lúbricos
temores infinitos
que hicieras de mí
el príncipe imposible de abisinia
pero tú a cambio
te vuelves la princesa protegida
por la gran muralla china
angelitos procaces
noche a noche
inventa el silencio
memoriza el vértigo
celebra la nostalgia
el infierno
suele imitar mis voces
sucede que el tiempo huye desde el fuego
deprimente abecedariar el infinito
y morir al revés
como tenebroso angelito
precoz procaz
el lobo asedia y huimos
desde el vértigo
hacia las voces
hacia las palabras
hacia el poema
al fin
no tiene punto de ausencia
ni retorno
carece de los gestos
que le aproximen al sentido
de la restauración del pagano invierno
construímos puentes innecesarios
en ciudades minúsculas
de espuma fugaz
lo confieso
he llorado un poco
frente a tu voz imposible
tenía que suceder
aguacero
partió
como un canino abandonado
por su amo incondicional
en el horizonte
un silencio
una luz una tempestad
un aguacero una tormenta
era todo
era su memoria
partió bajo un cielo anaranjado
sin decir adiós
en sus recuerdos llevaba
cuatro besos hechos
con un sol muy oscuro
una cordillera hecha
de palabras
vino y fuego
en su maletica de cuero de conejo
tenía un fajo de monedas
y una carta escrita
por su abuela loca
donde le advertía de los peligros
del poema
de los abismos de la palabra
de los trucos del amor
y de las trampas de los besos
su memoria eran dos puntos rosados
leonardo favio marin : descripcion en una sola palabra¡¡¡
ResponderEliminarlo maximo